Por qué corremos: Cómo seguir avanzando durante las fiestas
Todos hemos pasado un par de años difíciles; definitivamente me incluyo. La pandemia ha hecho que muchos de nosotros nos enfrentemos a desafíos y pérdidas que no esperábamos, desde los seres queridos a la vieja normalidad. A medida que el calendario se acerca a diciembre, muchos de nosotros sentiremos estos factores estresantes aún más. Pero puedo decirte que correr durante las fiestas es una de las mejores maneras de gestionar la temporada ajetreada y emocional que se nos viene encima.
Sé que las fiestas pueden ser un período ajetreado, en el que encontrar tiempo para ti y para correr puede ser ridículamente difícil. Incluso puedes sentirte egoísta por sacar ese tiempo para ti cuando hay niños que atender, fiestas a las que asistir y la familia a la que visitar. Pero créeme si te digo que hacer tiempo para correr durante las fiestas es bueno para todos en tu círculo, no sólo para ti.
La mañana del funeral de mi padre, me puse mis zapatillas para correr, como hago la mayoría de los días. Vi el sol salir por el horizonte, lloré un poco e hice algunas respiraciones profundas y relajantes. Correr me centró y me permitió hacer frente al difícil día.
Estos dos últimos años han sido difíciles para todos. Los oscuros meses de invierno pueden añadir tensión, especialmente durante las fiestas, cuando muchos de nosotros lo pasamos emocionalmente mal. Al igual que la mañana del funeral de mi padre, estaré corriendo durante las fiestas para vivirlo todo un poco más fácilmente y espero que lo consideres tú también.
Tus salidas para correr no tienen que estar estructuradas o formar parte de un plan de entrenamiento durante las fiestas y no tienen que ser largas o duras. Sólo tienen que ser parte de tu rutina para ayudarte a sobrepasar una temporada estresante de la vida.
Correr puede proporcionar una estabilidad muy necesaria
Cuando echo la vista atrás a estos últimos años, la única constante en mi vida, aparte de mis hijos y mis amigos, ha sido correr. La alegría que me proporciona, incluso en mis peores momentos, siempre está ahí. Salir por la puerta y comenzar el día con aire fresco y en movimiento me devuelve diez veces más de lo que yo aporto.
La verdad es que los últimos cuatro años me han dado más que lo que he perdido. Primero fue mi padre, luego, un año después, mi madre. Pasé por un divorcio, perdí dos mascotas al principio de la pandemia y vi como el mundo se ponía del revés junto con todos vosotros. Mis hijos estaban en casa porque no había colegio, todos nos sentimos aislados y asustados y ninguno de nosotros sabía cuándo las cosas volverían a la normalidad. Todavía no han vuelto del todo y todos nos enfrentamos a un futuro incierto. Ha sido un momento difícil para todos nosotros y estoy seguro de que tú has tenido muchas dificultades también, desde que el calendario cambió al año 2020.
Para sobrellevarlo, he usado muchas herramientas, incluyendo terapia y apoyándome mucho en mis amigos y familia. Pero no estoy muy seguro de dónde habría llegado si no hubiera estado también el correr en la escena. No voy a decir que "correr es más barato que hacer terapia", porque no quiero promocionarlo como una cura para todo. No lo es. Pero puede ser una parte muy importante para lidiar con los tiempos difíciles.
Los beneficios intangibles de correr para la salud
Correr hace su magia de varias maneras. En primer lugar, ofrece todo tipo de neurotransmisores para sentirse bien, que levantan tu estado de ánimo, a menudo conocido como el "subidón del corredor". Cuanto más a menudo lo practiques, más duradero será el efecto de estas poderosas reacciones en tu cerebro.
Si corres al aire libre, también estás obteniendo terapia de la naturaleza y hay muchos estudios que respaldan ese valor. Cuando corres solo, tienes el tiempo y el espacio para enfrentarte, inconsciente o conscientemente, a cualquier problema o emoción. Si corres con amigos o en grupo, obtienes compañía y camaradería, así como otra oportunidad de apoyarte o apoyar a amigos si fuese necesario.
En mis más de 20 años corriendo, he compartido muchos kilómetros con mi grupo de amigos. Hemos pasado por cambios de trabajo, desafíos de la paternidad, divorcios, citas, matrimonios, enfermedades, muerte de seres queridos y mudanzas. Todos esos kilómetros compartidos uno al lado del otro nos ha llevado a crear unos lazos de unión que nunca se romperán. Nos hemos reforzado, dado consejos y escuchado con atención y empatía cuando uno de nosotros necesitaba apoyo.
También hemos sido capaces de compartir las alegrías de los demás, ya sea el nacimiento de un hijo, un ascenso en el trabajo o un nuevo amor. Es una amistad única que no tengo con ningún otro grupo de personas a mi alrededor. Correr nos ha unido de por vida, para lo bueno y para lo malo.
Algunos de nosotros estamos dispersos por todo el país en estos días, pero todavía nos las arreglamos para seguir en contacto. Durante los días más duros de la pandemia, a menudo permanecíamos conectados corriendo con los teléfonos, charlando a través de los kilómetros virtualmente, uno al lado del otro. Desde que la pandemia y las restricciones entre personas se suavizaron un poco, nos hemos encontrado en la carretera, en caminos, en carreras o en otros lugares divertidos, así como en nuestras propias casas para volver a conectar en vivo y en persona.
También he corrido con mis hijas a lo largo de los años. No lo han adoptado como su deporte principal, pero a través de años de programas como "Girls on the Run", los 5K locales y algunas carreras por el barrio, al menos lo han probado. Mi hija, por primera vez, corrió campo a través este otoño. Puede que no reconozca que le encanta, pero he visto el bien que le hace, la forma en que mejora su estado de ánimo y la motiva, preparándola para afrontar el día con más equilibrio. Creo que ambas correrán muchos kilómetros como adultas porque, por encima de todo, han podido sentir los efectos estimulantes del deporte.
Aceptar el cambio para avanzar
El verano pasado acepté el mayor reto de mi vida: Cogí mis cosas y me mudé al otro lado del país, a Colorado. Ahora, mudarse a Colorado puede no sonar como un reto, y lo entiendo. Es un estado precioso, espectacular y, sin duda, uno de los mejores lugares para correr del país. Puedes vivir y correr en lo alto, meterte en las montañas por senderos a cada cual más hermoso que el siguiente, y estar rodeado de otros corredores, todo mientras el sol brilla muchos más días que los que no.
Pero esta mudanza también significaba dejar mi comunidad, el hogar donde crie a mis hijos, donde todo era cordial y familiar. Pensé que estaba listo para hacerlo y que lo aceptaría con los brazos abiertos. Pero lo que no vi venir es que también era una pérdida y, como resultó ser, una pérdida demasiado grande para que yo la pudiese gestionar. Por primera vez en mi vida, caí en lo que estoy seguro era una depresión clínica. Sabía que, además de todos mis recursos básicos, como la terapia y mi maravillosa red de amigos, lo que tenía que hacer era saltar de la cama cada mañana, ponerme mis zapatillas para correr y salir a hacer kilómetros.
Lloré mucho mientras corría; y también después de hacerlo. Pero seguí saliendo, día tras día. Con el tiempo comencé a salir de aquella espiral descendente y a sentirme mejor. He hecho algunos nuevos amigos corriendo, tuve un montón de visitas, incluido mi equipo de amigos corredores, y comencé a aceptar la aventura en la que me había metido. Mi nuevo hogar no es mi hogar todavía, pero es un buen punto de partida, incluso aunque volvamos a la costa este el próximo verano (lector, probablemente lo hagamos).
Lo cierto es que no estoy muy seguro de dónde estaría después de todas estas pérdidas y dificultades si no fuera por el correr. No es lo único que me ha ayudado a pasar por ello, pero ha sido una constante y el elemento en mi vida con el que siempre puedo contar para darme una alegría. Incluso si el recorrido se me hace difícil, me siento mejor aún que como me sentía antes de empezar.
Saca tiempo para correr durante estas fiestas
A lo largo de los últimos dos años, todos nos hemos enfrentado a la pérdida, ya sea de algún ser querido, trabajos u oportunidades de viajar y visitar a amigos. Ha sido una pérdida de normalidad que ninguno de nosotros vio venir y nuestras emociones están sin procesar. A medida que nos acercamos a la temporada navideña, todas estas pérdidas pueden resultar particularmente difíciles de llevar. Como yo, muchos de vosotros lo pasaréis mal.
Pero espero, también como yo, que veáis el beneficio de correr durante las fiestas o en cualquier temporada difícil de la vida. Aquí tienes algunos consejos para tener en cuenta esta temporada navideña:
- Si estás particularmente ocupado con las obligaciones familiares y los compromisos de trabajo de fin de año, saca un calendario y un bolígrafo y anota las veces que irás a correr.
- Ponte en contacto con tus colegas corredores, si los tienes, y haced planes para salir juntos.
- Tómate una tarde o dos para correr por el barrio y disfrutar del alumbrado navideño.
- Busca una carrera de temática navideña, ponte una colorida equipación de correr y disfruta de un respiro de la abrumadora rutina.
La mañana del funeral de mi padre, cuando salí a correr, el cielo se iluminó con uno de los amaneceres más hermosos que he visto. Sentí que mi padre estaba enviándome esos rayos de luz a mí, diciéndome que todo iba a ir bien.
No podría haber anticipado la magnitud de la pérdida que se me venía encima, pero en el último par de años, muchas de las veces en las que he salido a correr al amanecer, he tenido la oportunidad de ver esos hermosos amaneceres una y otra vez. Sé que es la manera que mi padre tiene de decirme que las cosas van a ir bien y saco fuerza de ello. Si no fuera por el correr, no habría visto ese primer amanecer en el día de su funeral y no tendría el consuelo de los amaneceres que he visto desde entonces, que me han dado señales de esperanza en esta difícil etapa de la vida.
Nuestro consejo como escritores responde únicamente a fines didácticos generales e informativos. Nuestra recomendación siempre es que consultes a tu médico o especialista en salud antes de introducir modificaciones en tus entrenamientos, tu nutrición o tus rutinas de ejercicio físico.