Sal a correr a tu manera
Seis corredores comparten lo que significa moverse (y vivir) siendo ellos mismos.
Correr puede ser difícil para todos nosotros, pero los corredores transgénero y no binarios tienen perspectivas distintas sobre los desafíos físicos y mentales de los deportes.
Vivir como una persona transgénero puede significar aceptar que tu identidad de género y coordinación corporal no siempre coinciden. Esta disforia de género a menudo lleva a sufrir angustia mental, pero puede aliviarse durante la transición.
Salir y vivir la vida como tu auténtico yo puede abrirte el mundo a más posibilidades. Para muchos corredores transgénero esto significa abrazarse a sí mismos y llegar a correr como la persona que siempre han sentido que eran.
Para entender mejor lo que significa correr desinhibidamente como uno mismo, hablamos con seis corredores transgénero. Esperamos que toda la comunidad encuentre alegría y aceptación en lo que han compartido.
Fotografías de B Proud
Nota del editor: Estas respuestas se han editado un poco para mayor claridad.
Llevo corriendo literalmente desde que tengo memoria. Mi madre solía correr maratones y pertenezco a una familia que lleva corriendo toda mi vida. Cambié de género en mi último año de universidad y realmente no me expulsaron del equipo de lacrosse, pero me hicieron sentir incómodo. Por culpa de eso terminé no jugando mi último año y volví a correr, porque no tenía ninguna otra actividad física ni mucho que hacer.
Me gustó mucho ese tipo de conexión de unirme a un club de running y me gusta mucho correr con otras personas. No hay muchas oportunidades deportivas donde no te cataloguen por género. A pesar de que todavía tienes que inscribirte bajo un género específico, una vez que estás allí estás con todo el mundo. De pie en el punto de partida, no sabes con qué género me inscribí. Fuese lo que fuese, descubrí que una vez que llegué a la carrera nadie lo sabía y me gustó mucho esa parte de salir a correr.
Llevo viviendo auténticamente como yo misma desde hace casi ocho años y, sinceramente, fue en esa época cuando empecé a correr. Después de empezar a intentar estar 90 días sobria y recién salida del armario, corría con la naturaleza meditativa general de correr y como tratando de estar en mi cuerpo. Realmente fue parejo con mi transición y con encontrar la paz y a mí misma.
Hago muchas tutorías con adolescentes LGBTQ+ y les digo que lo que es importante es encontrar tu espacio y tu deporte, incluso correr, porque no todos somos iguales. Todavía me gusta mucho el deporte y disfruto mucho corriendo, por lo que he añadido esta dimensión tan maravillosa a mi vida.
Realmente no empecé hasta más o menos enero de 2010, cuando me encontré con una amiga. Estaba buscando ampliar mi círculo LGBTQ+ y ella me habló de un grupo de corredores, Front Runners; yo me reí porque lo más lejos que había corrido eran unas cuatro bases en béisbol. Aparecí con mis zapatillas para correr, mis pantalones de chándal, los guantes y el gorro de esquí; parecía un desastre. Alguien que se compadeció de mí me dijo que iba a correr conmigo, aunque me di cuenta de que ella podía correr mucho más rápido. Volvimos y yo me sentía fatal, como que era malísimo, pero el entrenador del equipo de running en aquel momento me dijo: «no te preocupes, aprenderás, pero no nos abandones». Eso hizo que empezase mi viaje y llevo con Front Runners desde entonces.
Sin ellos, mi vida sería totalmente diferente. Descubrí que era posible convertirme en mí mismo gracias a la confianza que gané al correr y al apoyo del grupo de running y de mis amistades. No sabía que existía este nivel de apoyo para lograr tus propios objetivos. Es una comunidad increíble que ofrece un grandísimo apoyo; yo espero también devolver lo que han hecho por mí y proporcionar un espacio para que otros vengan y crezcan como personas.
No llevo corriendo tanto tiempo. Todavía me considero casi principiante. Realmente estaba buscando una comunidad y una excusa para salir de casa cuando empecé a correr y me uní a un grupo de running. Luego me involucré mucho en el deporte. Este año ha sido el primero en el que los New York Road Runners permitieron una sección no binaria en sus categorías, así que me pareció el año perfecto para empezar a participar en carreras.
No creo que hubiera seguido corriendo y definitivamente no habría tenido el trabajo que tengo ahora si no me hubiera unido a ese grupo. Para mí, estar con otras personas LGBT, correr a su lado y pasar por las pruebas y tribulaciones de comenzar a correr, sufrir calambres, no querer correr otro kilómetro y hacer eso con otra persona que ve mi género correctamente y entiende dónde estaba en la vida, era absolutamente vital para mí al salir a correr.
Como he sido capaz de poner mi cuerpo de acuerdo con mi identidad de género a través del proceso de transición médica, social y legal, correr me ha ayudado a sentirme cómodo en un cuerpo en el que no siempre lo he estado. Correr me da la oportunidad de sentirme fuerte y empoderado, y de sentirme impresionado en mi cuerpo y por mi cuerpo. Es realmente increíble ver cómo se siente mi cuerpo mientras corro, y después. Puedo llevar mis zapatillas a cualquier lugar al que viaje e ir a explorar, sin necesitar el permiso de nadie.
Parte de sentirme bien en mi cuerpo es poder usar ropa que me reafirme. No tengo por qué ir a correr ni con unos shorts cortísimos de mujer, ni con unos enormes pantalones de baloncesto. Correr ha sido un espacio para estar orgulloso de mi cuerpo de una manera que nunca había sentido como verdadera. Correr es muy divertido porque puede ser un deporte muy individual. No tengo que hacer planes con nadie para salir a correr ni necesito asistir a una clase ni nada. Salgo a correr cuando quiero. Pero también es algo muy social. Dicen que un buen ritmo de maratón es uno que en el que puedes conversar.
Yo vengo de una familia de triatletas y maratonistas, y durante mucho tiempo mi hermano y yo hemos sido los únicos miembros de la familia que se negaban a correr más de un kilómetro, y era casi como una especie de orgullo. Luego, cuando empecé a hacerme mayor y trabajaba por todo el mundo, viajé a diferentes lugares y países. Quería mantenerme en forma para el Muay Thai (boxeo tailandés), así que empecé a correr. Y pensé, en realidad, que realmente me gustaba esto. Ahora que soy un luchador menos activo, corro aún más. Especialmente durante la pandemia, empecé a correr aún más porque era una manera segura de socializar, estar fuera y simplemente conectar con otras personas.
Como alguien que trabaja en la intersección de los derechos humanos y los deportes LGBTQ+, estoy muy agradecido de que haya tantos espacios para correr en Nueva York. En los espacios queer las ideas en torno a la identidad de género y la aceptación de la identidad de género son mucho más fluidas. No hay una forma única de ser trans, de ser trans-no binario o de ser no binario, y creo que eso es realmente poderoso. Que te acepten exactamente como eres, en ese espacio, y no tener que mostrar mi género de ninguna manera en particular, es realmente poderoso y liberador.
Apoyo a las comunidades trans y no binarias
La Campaña de Derechos Humanos (HRC, Human Rights Campaign) trabaja activamente para defender los derechos y las vidas de la comunidad transgénero y no binaria. Para tener más información sobre cómo puedes crear conciencia y mejorar las vidas de las personas trans, únete a Cuenta conmigo, una campaña liderada por la HRC.
El objetivo de Brooks es inspirar a todo el mundo para que recorra su propio camino. Creemos en el poder de una comunidad de corredores diversa que incluya a personas de diferentes razas, capacidades, sexos, edades, orientaciones sexuales, tipos de cuerpos y circunstancias.
Todas las personas deben tener el mismo derecho a participar y beneficiarse de los deportes, independientemente de su orientación sexual, identidad de género o expresión del mismo. Brooks apoya la creación de entornos acogedores e inclusivos para los atletas LGBTQ+. Apoyamos a los atletas que compiten en el deporte que coincide con su identidad de género, porque creemos que el género es una parte intrínseca de la identidad y que la competición debe ser una opción para todos los atletas.