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Consejos para correr

Cómo evitar las lesiones al correr, sea cual sea tu experiencia

Cómo evitar las lesiones al correr, sea cual sea tu experiencia
Flecha hacia abajo
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Correr es una de las mejores cosas que puedes hacer para mantener tu cuerpo fuerte y funcionando al máximo. Pero también puede provocar lesiones si no tienes cuidado. Pero no temas, tenemos algunos consejos que te ayudarán.

Cerca de la mitad de los corredores habituales sufren una lesión corriendo cada año. En la mayoría de los casos, se trata de «lesiones por exceso» e incluyen problemas de desgaste como los calambres en las espinillas, las fracturas por estrés, el síndrome de la banda iliotibial y la rodilla de corredor.

Eso no es culpa de correr. Más bien, hay algunos errores comunes detrás de la mayoría de las lesiones al correr. Aprender a prevenir las lesiones al correr se reduce a identificar los errores de entrenamiento más comunes y evitarlos por el camino.

A continuación, te explicamos cómo evitar lesiones al correr en el futuro.

Calienta y enfría

Vaya, las dos partes que más se omiten en cualquier entrenamiento de running: el calentamiento y el enfriamiento. Pero cuando se trata de prevenir lesiones al correr, son absolutamente vitales.

Trabajar con los músculos fríos y tensos puede aumentar el riesgo de sufrir una distensión o un tirón, por no hablar de correr de forma inadecuada, lo que puede provocar lesiones. Sin embargo, hacer estiramientos dinámicos como sentadillas, zancadas y balanceos de piernas antes de entrenar puede aumentar el flujo sanguíneo a los músculos y los tejidos conjuntivos para que sean más flexibles.

Mientras tanto, enfriar con un poco de cardio suave y estiramientos puede ayudar a poner en marcha el proceso de recuperación tras el ejercicio.

Aumenta la velocidad y los kilómetros gradualmente

Forzar mucho y demasiado rápido es probablemente la principal razón por la que los corredores se lesionan.

Cuando se adquiere el hábito de correr, el sistema cardiovascular mejora más rápido que los músculos, los tejidos conjuntivos e incluso los huesos se fortalecen estructuralmente. Por lo tanto, si te centras demasiado en hacer ejercicio cardiovascular, puedes acabar sobrecargando tu sistema musculoesquelético.

Los calambres en las espinillas, la fascitis plantar y las fracturas por estrés (pequeñas fisuras, a menudo en los pies) son algunas de las lesiones más comunes que aparecen cuando se va demasiado rápido.

La mayoría de los expertos recomiendan aumentar los kilómetros totales y el ritmo de carrera como máximo un 10 % a la semana. Por ejemplo, si corres un kilómetro esta semana, la semana que viene corre 1,1 kilómetros.

velocidad y kilómetros gradualmente

Combina el entrenamiento de fuerza

Con el tiempo y la práctica, correr fortalece la parte delantera y trasera de las caderas y las piernas. Pero no hace demasiado por los lados del cuerpo. Con el tiempo, esto puede provocar desequilibrios musculares y lesiones al correr.

La rodilla de corredor y el dolor de la banda iliotibial, por ejemplo, suelen producirse cuando los laterales de las caderas no son lo bastante fuertes como para mantener estabilizada la parte inferior del cuerpo.

El entrenamiento de fuerza, centrándose en los músculos estabilizadores como los glúteos laterales, puede ayudar mucho a corregir los desequilibrios musculares. Asegúrate de hacer algunos movimientos laterales como sentadillas y zancadas laterales, caminar lateralmente con banda y «almejas» todas las semanas.

Recupera

Tu cuerpo no se fortalece durante los entrenamientos, sino después, cuando se recupera. Si no descansas lo suficiente entre una salida a correr y la siguiente, corres el riesgo de sobrecargar tu cuerpo.

Programa al menos dos días de recuperación activa a la semana para centrarte en actividades reparadoras como el yoga, el uso de rodillos de espuma y los estiramientos, y evita los entrenamientos intensos corriendo los días que te sientas dolorido.

Escucha a tu cuerpo

Siempre es preferible prevenir las lesiones al correr que tener que recuperarse de ellas a posteriori. Pero si te encuentras con algunos dolores y molestias relacionados con correr, es que tu cuerpo te está diciendo que algo de tu entrenamiento tiene que cambiar. Echa un vistazo a tus calentamientos, enfriamientos, a la carga de kilómetros semanales, así como a las estrategias de entrenamiento de fuerza y recuperación para ver qué podrías necesitar ajustar. Realiza los ajustes que necesites y escucha a tu cuerpo: ¡por lo general, acierta!

Nuestro consejo como escritores responde únicamente a fines didácticos generales e informativos. Nuestra recomendación siempre es que consultes a tu médico o especialista en salud antes de introducir modificaciones en tus entrenamientos, tu nutrición o tus rutinas de ejercicio físico.

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Escrito por
K. Aleisha Fetters

Especialista titulada en fuerza y acondicionamiento

Retrato de Aleisha Fetters

Soy una entrenadora de fuerza peculiar (o sea, friki) con una pasión por la ciencia y el sudor. Me encanta ayudar a las personas a alcanzar sus metas corporales, pero son sus beneficios mentales y emocionales los que me hacen sentirme feliz. Mi coqueteo con el running incluye dos medias maratones y, algún día, correré una completa.